En verano suelen ocurrir los milagros de amor.
Las historias se tejen según los corazones de hombres y mujeres que elevan plegarias al cielo, al Universo implorando susurrantes peticiones de amor. Así llegó el Alma Gemela, Compañeros de Alma.
Recuerdo perfectamente escribir cada entrada de año que apareciese mi alma gemela. Aquella que esperé desde las eternidades. Di tumbos por la vida buscándolo hasta que apareció sorprendiéndome en la estación en que los arboles se quedan desnudos y el viento no tiene piedad de sus cuerpos. Porque los otoños simbolizan la entrada de la madurez en la mujer que sueña y espera su amado que en otras vidas y en otros cuerpos prometió volver por ella.
Historia de nuestro amor que en primavera abrazó la alegría, la esperanza, la ternura, el baile y la risa franca hasta recuperar la inocencia.
Amor amado que fijaste tus negros ojos en mi sencilla estampa aquella primavera. Tus manos que buscaron las mías en la noche de Candela. No soltastes nunca mis dedos enredados entre los tuyos y yo deseaba que no lo hicieras.
El calor de tu cuerpo estremeció no solo al cielo y a las estrellas, complices de nuestro encuentro. Seguro que ellos todos encendieron millones de luces en el oscuro firmamento cuando Tu y Yo, volvimos a ser uno. Abrazados, al ritmo de los latidos de nuestros corazones y siguiendo la música que nos hacía delirar de alegría. Fue un mágico encuentro!
No contamos los días ni las noches, a cada paso que avanzamos hasta el sol y la luna se ponen celosos. Más tu has escrito tantas veces con tus dedos sobre mi cuerpo palabras de amor en cada caricia, sonrisa y lágrimas. Se han mezclado nuestros jugos y manjares. Sudores y lamentos en el encuentro de noches de primavera, verano y otoño. No hay nada que se parezca a este hermoso despertar.
Cuando saltas de nuestro nido, es el frío que intenta ocupar tu lugar y tu lo espantas como valiente lobo de Mar! Cuidando lo que es solo suyo!
La historia la escriben los poetas y poetisas pero la nuestra aun se está escribiendo y hay en ella más amor que estrellas. Todas juntas son ojos que cuidan y vigilan. Son celosas y vivo entre ellas.
Amor, amado, a quien siglos he buscado. Permanezco en la brecha que aun deja paso a las luces que amenazan con extimguirse a cada paso de nuestra existencia.
Cielo estrellado, que iluminas hasta aquí con tu amor pronunciando mi nombre y yo en los mios pronunciando el tuyo...no hay dulce espera. No hay besos de bienvenidas!
Soy mar y tu rio, no olvido...es nuestra historia, una de amor en la eternidad!
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