En homenaje a una persona querida que el día 8 de abril del 2012 dejó esté Samsara.
Que descanse en Paz y viva su Alma rodeada de las estrellas del firmamento con alegría en su Espíritu.
Mirar de frente los ojos de la muerte es una de las experiencias mas impactantes que jamás olvidaré.
Es posible que no todo el mundo viva una experiencia de este tipo todos los días. Voy a hablar de la que yo he vivido, y lo hago con el mayor respeto que me merece quien me brindó esa oportunidad mediante su propia agonía, su propia muerte. Soy consciente que la mía propia también tiene fecha.
" ...mantuvo por espacio de un tiempo su mano cogida a la mía. No se cuanto tiempo transcurría, ni me importaba. Respiraba con dificultad a pesar de estar conectado a la maquina de oxigeno. Sus ojos estaban abiertos. La mirada fija en un lugar lejano que solo el Espíritu conoce. Por extraño que parezca, de alguna manera sentí que en su frágil cuerpecito, ya no habitaba ninguna Alma encantada. Ella permanecía al lado del cuerpo sujeta por el hilo de plata que poco a poco se iba desapegando de aquel habitáculo al que, durante 83 años había permanecido atrapada, enclaustrada entre huesos, tendones y carne. Era el instante preciso para volver a casa. Justo el día señalado, el día pactado para volver a las Estrellas.
Vi el fondo oscuro de sus ojos físicos. Absolutamente oscuras las pupilas. En vida, él tenia sus ojos de un dulce color avellana.
Cuando se está traspasando el velo, las horas se hacen largas. De pronto, tres bocanadas de aire y el Alma se desprende del cuerpo físico permaneciendo el cuerpo inerte y los ojos entreabiertos junto a la huella del paso del aire en unos labios casi semicerrados.
Nunca había sido testigo directa de una desencarnación. Aun duele.
Duele comprender lo que somos. Mas que perder a alguien que un día formó parte de mi vida diaria, y a pesar del tiempo, siempre recordé con aprecio y cariño. La vida ha querido mostrarme a su manera lo pequeña que soy.
Mi corazón y mi Alma han estado sujeta a las emociones, a las tristezas, a las reflexiones humanas, a la observación de sentir que mi humanidad tiene una caducidad no así mi Alma. Creía que para hablar de morir era suficiente con haber vivido las experiencias de enterramientos en mi propia familia desde la edad de 6 años. Esta vez, mi experiencia ha sido totalmente diferente y mi opinión es también distinta respecto de la muerte. Cuando se es testigo y uno esta involucrado en el proceso de ver morir a alguien querido, algo se rompe en el interior. Eso que se rompe no se puede explicar con palabras porque el dolor aflora de las profundidades del que siente ese dolor.
Mi duelo, esta relacionado con partes de mi pasado. Son las memorias de antaño. Que un día decidí enterrar para no sentir dolor. Me creé una armadura que se pegó a mi. Así, con el paso del tiempo, mientras iba creciendo, la armadura se fue oxidando y se pego a todos mis cuerpos.
Bastó vivir una experiencia en esta Semana Santa del 2012, de Pascua y Resurrección para darme cuenta que no había enterrado totalmente a todos mis deudos desde mi niñez...de alguna manera ellos aun permanecían sin liberarlos desde lo más profundo de mi corazón. Porque tenía una niña interior herida que no comprendió en su tiempo, que la muerte era una liberación para el Alma y no un castigo. Solo hoy que soy adulta he comprendido un poco mas de lo que es abandonar el cuerpo físico para el bien del Alma. Vivir esta experiencia a través de otro ser humano que al ser consciente que se apagaba su Luz de la Vida física y que se abandonaba y esperaba con resignación su final, pude aprender que al fin de nuestra vida estoy completamente sola haciendo el viaje de regreso a casa, sin equipaje.
La voz se apaga lentamente, el sentido del gusto desaparece, el oído sigue funcionando pero la visión se borra aunque los ojos permanezcan abiertos. Finalmente, partimos y todo acaba.
Queda el dolor en nuestros corazones porque hemos aprendido a amar a los seres queridos independiente de si los continuamos viendo o nos separamos en el camino por las razones que sean.
Aprender sobre el Amor a través del dolor, en las diversas Escuelas de Misterio que existen en la Vida que vivimos como seres humanos con fecha de caducidad, es la mayor de las experiencias que más me ha enseñado una vez más.
Se que el duelo que vivo, tiene mas que ver conmigo misma, que con el ser querido que acaba de cruzar el velo hacia la vida eterna. El solo estuvo en mi Camino para enseñarme que mi Vida es un regalo y que no debo dejar que nadie me quite o robe este regalo porque al final, mi partida de este mundo material, sera en solitario. Solo mi Alma, mi Espíritu y Dios. Y al igual que muchos, dejaré solo un ejemplo de algo a los que me amen. Porque Dios nunca me abandona ni en mi ultimo momento se que siempre estará a mi lado, hasta el final, amándome tal cual soy y sin condiciones. Mas solo cuidándome aquí y hasta el fin de mi estancia en este plano dimensional.
Doy gracias a este ser querido que vino a mi vida en forma de familia por todas las cosas que me enseñó hasta el último día de su vida y que afortundamente nunca me negué a asistir. Por ello mi conciencia está en paz. Mi niña interior creció y enterró sus fantasmas del pasado.
Vino una resurrección y una Pascua para mi Alma y las de mis antepasados!
Voy a vivir este duelo de la manera mas simple y natural posible de acuerdo a lo que mande mi corazón y la necesidad de mi Alma.
Voy a respetar mi propio duelo. Y espero que los demás lo comprendan.
¡Gracias Dios mío! Gracias Vida por darme tantas lecciones para el beneficio de mi Alma y para que actúe en esta vida siempre en concordancia al Amor y a las Leyes Universales que velan mi comportamiento aquí en esta vida mía.
Que su Alma bendecida cuide de todos nosotros.
Liisa
2 comentarios:
Respetaré tu duelo liisa.
Manu
Gracias.
Todo pasa tan rápido que uno apenas tiene tiempo para asimilar las cosas que nos están sucediendo a todos en estos momentos. Hay que ser muy fuertes y seguir resistiendo.
Liisa
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