El día que recorté de una revista un avecilla que llamó poderosamente mi atención en la revista, no podía ni imaginar que estaba recreando mi vida de hoy. La de Aquí y Ahora. ¿Cómo iba a imaginar siquiera que esa misma imagen de un ave sin su nido era yo misma. Habia recortado en forma de corazón, aquel día para sorprender a alguien muy especial para mi. Lo hice todo por intuición. Recuerdo claramente aquella tarde, en mi hogar de calle Iquique 3248, estaba tan feliz creando este regalo que mis dedos cortaban como si lo hubieran hecho cientos de veces. Podía ver en mis pensamientos, sonriendo el rostro del hombre amado. El que siempre esperé por eternidades. Apuraba mis dedos para terminar pronto este especie de cuadro artesanal con la avecilla encerrada dentro del corazón lleno de colores. Tal como era el mio entonces. Vivía una vida salpicada de aventuras y retos. Noches románticas inolvidables. Veladas místicas bajo los inconfundibles aromas del sándalo y nag shampa. Los inciensos impreganaban su olor no solo los rincones de nuestro cuarto, sino también los de mi corazón, los de mi cuerpo. Mi alma gozaba en este ambiente sagrado de paz y amor. Luz y ternura.
Cuando colgué la avecilla en la puerta de entrada de la habitación sentí una enorme emoción no se por qué viví este instante tan intensamente. Quizás por lo que imaginaba que ocurriría. En cierto modo, podía casi ver el rostro de quien inspiraba crear ese bello y simple regalo: un simple corazon hecho de papel de una revista en colores. ¿Quien daría importancia a un gesto así sin sentir amor por mi ?
Hoy cuando observo este cuadro hermoso del cuerpo desnudo de esta mujer enamorada que yace en la cama sumida en un sueño quien sabe donde viajando y en la pared colgando el dibujo de la avecilla a quien finalmente le llegó su nido, es eso lo que resultó mas prodigioso, soprendente a la vez. Quien más que el que esta amando puede poner nido a un avecilla sin el....para que se sienta en casa no huérfano de ella...esa era yo misma...Una avecilla sin hogar, sin su macho que la acompañe en su jaula, en su nido...en su cama.
Hoy vivo en un nuevo lugar donde sobran habitaciones y esta avecilla, puede volar de lado a lado. Pero no solo eso, también tengo en una jaula una pareja de periquitos que son mi compañía...Era un presagio lo que hice aquella tarde cuando me puse a recortar esta avecilla sin nido, aunque despues tuvo su nido?
Hay muchas cosas que a veces hacemos sin pensarlo. Y resulta sorprendente cuando vemos que aquello que hicimos para sorprender al otro, nos llena de sorpresa a uno mismo.
Aunque soy una avecilla que vuela lejos, a veces y en solitario, no vivo en una jaula de fierro. Tengo un nido donde reposa mi cuerpo para descansar mientras mi Alma recorre otros mundos y luego regresa para obligarme a poner en práctica las lecciones.
He sido un ave bien amada. La mano de un solo hombre ha sido capaz de moldear no solo mi rostro más de una vez. El es un sabio e inteligente ser humano. Lleva en su pecho un gran corazón de león!
El como macho preparó un nido a su hembra y allí ella descansó el dorso descubierto donde las plumas invisibles al ojo humano, solo están visibles para quien la desnudó trazando líneas en su regazo.
Todo son premoniciones. El corazón encerrando al avecilla. El nido dibujado para que la avecilla tuviera donde posarse al regresar de largos viajes, cruzando sueños.
Quizás algún día, esta avecilla vuelva al nido de donde partió, y su nido ya no sea de papel, sino uno de verdad. Cálido, seguro y eterno. Donde sea posible descansar, reir, comer y tambien volver a jugar al amor. Las aves, representan el mundo de las ideas...y yo, avecilla en el dibujo, estoy llena de buenas ideas en carne y hueso!
Me gusta volar alto...pero siempre vuelvo a mi nido, al que me brinda abrigo con amor!
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