Estoy cruzando el puente y debajo veo el agua descongelarse lentamente. Los dias aqui comienzan a entibiar nuestro rostro y el corazón poco a poco, va asimilando el dolor por las cosas que una Samurai moderna debe atravezar en la vida.
No me había dado cuenta sino hasta hoy, que vivo, actúo y me comporto con la dignidad de un Samurai de los tiempos de Shogunes.
La katana o espada es mi propio corazón. Puro y limpio. Brillante como la hoja de la katana.
La mia siempre está limpia.
Los desafíos que enfrenta una Samurai de estos tiempos que se dicen "modernos", son los mismos de la edad media solo cambia el tiempo/espacio/lugar y las personas.
No provoco los enfrentamientos. Ellos aparecen en mi senda. Ante ellos, descubrí la semana pasada, que mi oponente no desea destruirme, sino enseñarme una vez más, que sea cual sea el desafío, siempre existe la posibilidad de ubicarnos en la posición honorable, pelear sin lastimar y salir victorioso sin resentimientos ni rasguños.
No he asistido a ninguna escuela de artes marciales ni pertenecido a ningún grupo que enseñe o predique disciplinas orientales de Sabiduría ancentrales. Algunas personas a las que he conocido si han pertenecido a este tipo de grupos. A su lado, aprendí la diferencia entre el Honor y ser una Persona Honorable. Estoy agradecida porque sin esa convivencia, jamás hubiera podido diferencias ambas.
La única escuela a la que asisto es la de la Vida.
La semana pasada volví a caminar en solitario por la rivera del lago y oí los cantos de los Varis y otras aves cantaban para mi. Me detuve a oirlos y sentí enorme alegría en mi corazón por ese regalo tan oportuno en estos momentos para mi.
En tiempos remotos el Samurai, solía dar largos paseos por las praderas. Iba ligero, con firmeza en el corazón y Espíritu. Asimismo, camino .Este día, estoy mas ocupada de mi salud física.
El sol de la primera hora de la mañana es mi compañero apenas abro los ojos, medito acerca de los ultimos acontecimientos. Aun me resulta dificil asimilar de qué manera, mi destino se está cumpliendo a raja tabla y lo puedo ver claramente.
Tiempo atrás soñé con todo lo que últimamente me ha pasado. Los antiguos Samurai, solían ver en sueños parte de sus vivencias que luego iban desarrollandose en su día a día.
Mi vidad es la de una Samurai de estos tiempos modernos y puedo ver en cada experiencia el espiritu y la enseñanza de su Código.
La práctica desde mi corazón, alma y Espíritu de la Sinceridad absoluta, la Justicia para discernir entre lo correcto e incorrecto, la Lealtad hacia mis principios y aquellos valores que me he forjado desde niña a la madurez, el Respeto que conservo en mis acciones y relaciones con el resto, me lleva a comprender que un Alma sin Respeto, es una morada en ruinas.
El Coraje, para mi, uno de los códigos de honor más aleccionadores, me hace pensar en lo siguiente: Hay tantas cosas que probablemente nunca llegue a entender. He callado cuando he tenido que hacerlo por la armonía y amor y para demostrar mis habilidades que es la esencia de mi espada.
Actuar con Benevolencia frente a algunos, me entregó la oportunidad de salirme de mi camino para ayudarles. Debí hacerlo porque no encontraba las opciones y marché lejos. En otras tierras, encontré las oportunidades y desde esa posición, pude ayudar a quienes me había propuesto ayudar. No espero sus agradecimientos ni recompensas.
Estas accciones y decisiones, forman parte de mi Honor como mujer y persona, hoy me descubro como una Samurai Moderna.
Me he enfrentado a las situaciones difíciles con Valor y Alegría. Aunque esta última se alejó por un tiempo.
Algo que solo una Samurai Moderna puede entender es el Honor.
Convivir con algunos que parecían caminar como Samurai, fue una ilusión.
Hay quienes llegan a nuestra Vida de manera temporal. Ellos cumplen una misión de enseñarnos códigos de vida y para aprender hace falta, lo que recientemente comprendí: CORAJE.
Puede que no vivamos nunca con esa persona que ha sido una especie de guía, acompañante, amigo, maestro, sin embargo, cuando se aparta de nuestro destino o camino de vida, extrañamos su presencia porque en su última acción en vida, ha dejado una única lección valiosa llamada Honor.
“El futuro tiene muchos nombres
Para los débiles es inalcanzable
Para los temerosos, lo desconocido
Para los valientes es la oportunidad”
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