Al principio de cualquier proyecto que comenzamos, lo hacemos con todas nuestras energías y entusiasmo.Lo que no sabemos es cómo nos saldrá el asunto que nos lleva a realizar proesas que en otros tiempos jamas hicimos.
No sorprende que en estos tiempos muchos de estos Guerreros rompedores de cadenas que atan la conciencia de quienes viven desde el Corazón y el Amor, sean aislados, incomunicados e incluso abandonados por sus familias, amigos o pareja. Siempre resulta más fácil el camino de la comodidad y negación que abrir la caja de pandora donde se ocultan aquellos hechos, actuaciones, defectos, aberraciones que atentan contra la integridad humana.
Hoy es difícil mantener esa integridad como tambien valores como la solidaridad, lealtad o amor. El que pasa por alto estas sencillas cosas, adolece de amor propio. Alguien diría, sus razones tendrá. Sin embargo, nada puede justificar la ausencia de ética e integridad. A diario vemos, como los sujetos se esconden detrás de excusas infantiles e irresponsables para evitar su responsabilidad en mantener los compromisos contraídos.
Los tiempos que vivimos, nos ofrece la oportunidad de cambiar aspectos de nosotros mismos que nos conducirán hacia un mayor bienestar y aunque resulte difícil ese volver a comenzar, vale la pena cualquier intento para lograr mejorar nuestras vidas. El camino, puede que resulte doloroso o puede que no tanto. Todo depende de nosotros mismos. De nuestra capacidad de aceptar los cambios y adaptarnos a ellos. Busquemos lo positivo en cada reto e intentemos dar lo mejor de nosotros mismos sin causar daños a los seres queridos o amigos leales. Tiene que ser muy egoísta una persona para que a sabiendas del daño que produce con su comportamiento, persista en mantener ese tipo de acciones. Reza el dicho "quien a hierro mata, a hierro muere".
Durante la época de emprendimiento de una querida amiga, aprendió lo importante que son las buenas comunicaciones y el respeto hacia los demás. Mientras avanzaba en su plan de implementar nuevas técnicas para mejorar la salud de las personas, encontró a su paso, obstáculos que sorteaba con audacia y perseverancia. Su fé en si misma era tan fuerte como una montaña. Cada paso que daba en sus empeños de alcanzar su meta, la llevaban en un increíble viaje hacia su interior donde encontraba tesoros ocultos que nunca antes había explorado. Fue asi, como la vida le fue mostrando aspectos de las personas que conformaban su entorno desmoronándo poco a poco los ideales que ella se había creado. Se halló de pronto en un punto muerto que la hizo comprender que ningún ideal existe. Solo existe aquello que se puede sentir en el corazón y que demuestra la fragilidad de lo humano porque para volver a comenzar desde un punto muerto, hace falta Coraje, Conciencia, Responsabilidad, Valor, Honestidad y sobretodo, Integridad.
Volver a empezar desde cualquier punto donde nos encontremos en el presente, es un pasaje seguro hacia una vida espléndida y maravillosa si lucho por mantenerme íntegro como persona sin dañar las relaciones personales y con las cuales compartimos nuestros espacios vitales también donde recibimos lo mejor de esas personas. Son las obras de los otros lo que habla de si mismos, no sus nombres ni sus posesiones.
Afortunadamente, hay quienes ponen sus ojos en el horizonte con fe y esperanza. Sin duda, para estos el volver a empezar dando pequeños pasos, lentamente pero seguros, recogerán buena cosecha. Sus semillas plantadas a su paso por la vida, le reportarán una enorme ganancia. Eso le permitira vivir la vida plenamente y nunca más estarán solos.
Por Liisa
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