CÓDIGO DE IAIDO: El Camino de un Guerrero en
tiempos actuales.
En el Siglo XVI el Código Bushido obligaba al Samurái a luchar por su señor y el Guerrero demostraba su Lealtad al código en la batalla.
Para ser un Samurái hay que dominar no solo la espada o catana
sino todas las armas necesarias. Además,
dominar las técnicas para la concentración. Uno de los ejercicios que
solían practicar era fijar la mirada en un ave, llevándoles esa acción a un
estado de meditación. Nada de estos hombres disciplinados y refinados a quedado
al azar en el pasado. Hoy muchos llevan en lo más profundo de su ser un deseo
intenso de vivir en un mundo donde el respeto, el arte, el conocimiento, la
familia, sean el baluarte que identifique una sociedad digna y justa para todos.
Los valores de un Guerrero supremo están profundamente
arraigados y comienzan desde muy temprana edad.
Dentro del código de honor el guerrero debe tener en cuenta
lo siguiente:
1.- Desarrollar Conocimiento
2.- Amor por la cultura, las letras, el cultivo de la inteligencia.
3.- Justicia. No permanecer indiferente ante las injusticias.
Actuar frente a ello. Ser valiente y responsable.
4.- Respeto y Cortesía. Dar gracias de corazón por lo que se
recibe
5.- Fé y Confianza. Tener un Espíritu capaz de creer en uno
mismo como en el ser humano
6.-Bondad y benevolencia. Comprender que el ser humano es
débil y comete errores.
7.- Lealtad
8.- Bondad
9.- Sacrificio
10.- Modestia
Todos estos principios morales coinciden perfectamente con los
mismos que regían a los Caballeros del Rey Arturo o a los héroes espartanos en épocas medievales.
“Un
hombre en carne es Espíritu. Cada día cuando cuerpo y mente están en Paz. Uno
debería pensar en la posibilidad de ser alcanzado por flechas, balas, lanzas y
espadas”.
En líneas generales, el Camino del Guerrero es la aceptación
total de la muerte. Aunque claro en tiempos modernos hay muchos hombres que han
elegido vivir una vida con los principios del Guerrero Supremo o Bushi. Y
estamos en tiempos en que muchos de ellos están librando enormes batallas no
solo dentro de sí mismos sino en el día a día en cualquier lugar del planeta.
Junto a ellos, de lejos, les observan sus familias y esposas espirituales,
esperando sus regresos el día que acaben sus enfrentamientos guerreros en la
vida cotidiana. Hoy, las Catanas han sido reemplazadas por otro tipo de armas
que no se ven y que sin embargo causan el mismo daño como una de acero filudo y
brillante.
Y como decía Ryoma Sakamoto, Samurái siglo 17, “nunca hay que renunciar a las cosas
fácilmente”. Lo que nos lleva a pensar que en los tiempos que vivimos hoy,
hay que buscar dentro de nosotros esa Sabiduría ancestral que hemos heredado
por derecho propio. Llegar a ser el Maestro, el sensei, aquel que ha recorrido
el Camino como un estilo de vida o filosofía. No importa cuántas dificultades o
retos encontremos en el camino, hay que aplicarse y ser libre de las antiguas
mordazas del pensamiento.
En la historia, los japoneses tradicionales dicen que la única diferencia entre un alumno y un
maestro es que éste ha nacido antes, y que posee tanto el conocimiento como la
experiencia para enseñar.
Respecto del papel que jugaba la mujer en la vida del Samurái
en la antigüedad, también tiene ella su lugar. Los valores principales de las mujeres en
la vida de un samurái se pueden encontrar en un determinado grupo de mujeres
actualmente y son los mismos. En cierto
modo, muchas mujeres en pleno siglo XXI, viven guiándose por valores como: la
lealtad, el autocontrol, la fortaleza, etc. Es sin duda, la mayor prueba
que los tiempos cambian. Se cierran círculos para abrirse nuevos. El Camino
está en el entrenamiento.
La práctica
de la espada o catana, tal como en otros tiempos, sigue siendo un medio de
Desarrollo Personal aplicado a los tiempos que corren. Con sus ventajas y
desventajas. Aunque más vale pensar positivamente y soñar que son mayores las
ventajas y oportunidades. La espada como el pensamiento, requieren del Espíritu
del Guerrero, ya que estos son la extensión física del mismo.
Cuando convivimos con un Guerrero samurái del siglo XXI, entramos al Camino de
los Dioses y cada uno comienza a ser parte del otro tal como la catana lo es
con el guerrero. Se convierten en el Alma.
Es un honor y al mismo tiempo un renacimiento
mutuo donde cada quien ha aprendido lo que haya tenido que aprender para
mantenerse en la senda elegida y la mayor oportunidad de vivir el código de
ética de la clase guerrera.
Para una esposa, compañera o mujer de un estilo de hombre Samurái en este
milenio, es de suma importancia mantener una independencia, bien entendida -que
no es libertinaje- de tal manera que el
poder de ella y su sabiduría, unida al coraje del guerrero se transformen en trabajo de
equipo puesto que la Sabiduría y la virtud hacen a un individuo.
Estos son
tiempos innovadores. Tiempos para la Paz y el Amor, no para la guerra ni las
separaciones. Vivir para construir juntos!
Por:
Liisa
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